
Este 31 de Octubre se celebraran los 500 años desde que Martín Lutero clavó sus 95 tesis a la puerta de la catedral de Wittenberg, marcando el principio de la Reforma. Aquí resaltamos el legado que heredamos de la Reforma Cristiana Protestante del siglo XVI.
La Reforma representó el movimiento que puso en el centro de la vida y pensamiento humano, a Dios revelado en Cristo por su Espíritu Santo, en todas las áreas de la sociedad.
En el corazón de la Reforma nos dimos cuenta que: Nosotros tenemos más necesidad de Dios de lo que pensamos. Cristo es más suficiente de lo que entendemos y que Dios da mucha más gracia de la que creemos.
La consigna clásica de la Reforma fue “la iglesia reformada y siempre siendo reformada de acuerdo a la Palabra de Dios” para aclarar que la iglesia siempre sería reformada por la Palabra de Dios. En este sentido, no existen “solo reformadores”, sino solo aquellos que han sido reformados por la Palabra y han apuntado a los demás a la misma palabra reformadora.
Tomado de: Revista la Fe Activa – Número 17
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