Hoy más que nunca no podemos detenernos
Por: Parceros Y Panas – Ante la realidad que trastoca el sentir de la humanidad provocada por los efectos de una pandemia, que desentrañó nuestros más profundos miedos, es menester detenerse a reflexionar un poco, de seguro en este ejercicio surgen más preguntas que respuestas, buscando entender como la humanidad se ha limitado a espacios tan reducidos como lo es el hogar para su supervivencia, claro y no es para menos, seguramente son mecanismos de defensa provocados por el temor de enfermarse y morir, de seguro eso no da tiempo para pensar en tantos que no cuentan con esos espacios reducidos para sobrevivir y auto protegerse de los embates que está provocando esta enfermedad que emerge para criterio de muchos como un forma de autodefensa de la naturaleza por el impacto negativo que el ser humano ha provocado sobre ella.
Detenerse a pensar en aquellos niños cuyos padres en muchos rincones del mundo, Venezuela y Colombia entre ellos han decidido partir buscando otras opciones de supervivencia, sin pensar en las consecuencias que esto conlleva, detenerse a pensar en aquellos hombres y mujeres que hoy están abandonados a la suerte del día porque un día dejaron sus casa, sus familias y sus tierras huyendo de su país preñados de necesidad y hoy viven en la constante angustia de saberse lejos de los suyos y sin un refugio donde aguardar la cuarenta promulgada por los gobiernos de los países destino, en estas líneas quiero invitar a las conciencias de aquellas personas y comunidades de acogida a romper las barreras del egoísmo y la desigualdad, la migración es un derecho, donde quiera que haya un migrante, hay una historia de vida, hay una familia, por lo tanto no debemos dejarlos solos, son personas que esperan un poco más de la vida.
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Vida Sacramental en tiempos de Confinamiento.
A todos nuestros hermanos damos a conocer una carta Pastoral enviada
por el Presidente y Secretario de la Federación Luterana Mundial – FLM.
El COVID-19 continúa extendiéndose por el mundo. Si bien en algunos
lugares críticos el ritmo parece disminuir, hay nuevos países y
comunidades expuestas y los gobiernos están tomando medidas
restrictivas. En nuestra carta de hoy queremos abordar algunos temas
específicos relacionados al COVID-19 y la respuesta de las y los líderes
de comunidades, en la esperanza de que estos puedan contribuir al
continuo discernimiento entre las iglesias miembro de la FLM y a la
forma en que se relacionan mutuamente hoy.
Reunirse físicamente para el culto
Con gran preocupación hemos oído de comunidades cristianas que
insisten en reunirse físicamente para el culto, aun cuando las
autoridades han establecido restricciones. A veces, este desafío se basa
en la suposición de que el virus solo afecta a personas de ciertas
regiones en el mundo. En otros casos, el desafío se basa en una
narración teológica según la cual la sangre de Cristo ha limpiado las
vidas de las y los creyentes y consecuentemente les protege del
COVID-19.
Reiteramos nuestro llamado a las iglesias miembro de la FLM para que
escuchen a las autoridades de salud y sigan las medidas que están
implementando para contener la propagación del virus aun cuando esto
signifique abstenerse de reunirse en un solo lugar para adorar a Dios
por un período de tiempo. Además, llamamos a las Iglesias a enseñar
diligentemente y a vivir el don de la fe en humildad y responsabilidad.
La narración de la tentación de Jesús en el desierto (Mt. 4:1-11) nos
ayuda a comprender que la fe nunca debe ser conducente a probar y
tentar el poder de Dios. En cambio, la fe en el Dios Trino nos capacita
para pasar este tiempo de prueba en esperanza y con corazón amoroso
hacia las personas más vulnerables al COVID-19 y sus consecuencias.
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