Atención al migrante Venezolano
El Centro Asistencia Humanitaria al Migrante Venezolano- IELCO, ha tenido grandes desafíos causados por esta pandemia COVID-19 se ha transformado el mundo para siempre; además, que el tema de la migración venezolana ha sido un factor trascendental en la historia de Colombia ya que el país no había recibido migración tan significativa desde principios del siglo 20 cuando miles de familias libanesas llegaron al país y se asentaron en la costa atlántica.
Colombia no estaba preparado para asumir semejante reto y el COVID-19 ha supuesto un duro golpe para la población migrante Venezolana radicada en Colombia, esta población trabaja esencialmente en el sector informal de la economía y las diferentes cuarentenas han sido muy difíciles porque han destruido sus escasos ingresos, en abril cuando recién comenzaba la cuarentena se empezo a observar en Bosa y en otras Localidades de la ciudad de Bogotá un fenómeno dramático en el cual los venezolanos eran expulsados de los paga diarios o viviendas que alquilaban por no tener con que pagar el alquiler, las familias venezolanas saben que si no trabajan un día no comen es la triste realidad de cientos de miles de personas no solamente venezolano sino también colombianos quienes tienen ingresos por debajo de un salario mínimo legal vigente es la dinámica del (rebusque) la situación se ha ido agravando con el paso del tiempo.
imageEl Centro de Asistencia Humanitaria al Migrante Venezolano de la Iglesia Evangélica Luterana de Colombia ha tratado de asimilar esta situación luchando por tratar de garantizar algún tipo de alimentación y de bioseguridad esto se ha podido lograr gracias a la ayuda de la Iglesia Evangélica Luterana en América hemos podido brindar asistencia a los migrantes en esta terrible situación también es importante señalar que desde el mes de mayo tenemos una alianza estratégica con el Banco de Alimentos de la arquidiócesis de Bogotá, gracias a lo cual el alcance de las ayudas se amplió y ha podido llegar a más personas en estos momentos de tanta necesidad.
Se han dado ayudas financieras para tratar de aliviar la situación económica de los migrantes, al igual que acompañamiento psicosocial y espiritual y se inició en el mes de agosto una capacitación virtual sobre “reciclaje”; es de destacar la incansable labor de nuestros colaboradores en terreno sin su sacrificio y entrega no se hubiese podido ayudar a tanta gente en estos momentos de profunda crisis, a ellos les damos las gracias y seguiremos luchando por el bienestar de las familias migrantes, de la Misión “Lluvias de Gracia” y de la comunidad de Bosa “Porvenir”.
Informacion suministrada por: Daniel Rubiano
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La Acción Diaconal de la Iglesia en COVID-19
En marzo de 2020, cuando comenzó el confinamiento obligatorio en Colombia, por causa del COVID-19 y los gobiernos nacional y locales se vieron enfrentados a la necesidad de establecer normas para las interacciones que deberíamos como colombianos asumir desde entonces en aras de prevenir el contagio del Coronavirus y reducir los efectos que, en todas las áreas de la vida, tendría esta pandemia, la Iglesia Evangélica Luterana, asumió una posición responsable y proactiva frente al manejo de la situación emergente y el Proyecto de Acción Diaconal Luterana para la construcción de justicia y paz en Colombia, en pos del cumplimiento de sus objetivos, fue aún más allá.
Ciertamente no ha habido un manual que describa en detalle el cómo ir adelante en escenarios como el actual; sin embargo, hemos ido descubriendo en el camino las oportunidades de afrontar los efectos de la pandemia y restricciones vinculadas, sin disminuir los esfuerzos por cerrar el tercer año del proyecto con un buen nivel de cumplimiento y, además, la disposición por aportar a la IELCO nuestra capacidad de respuesta y creatividad ante las crisis. Esto es, una situación que ha reducido el potencial de acción para muchas organizaciones, para nosotros ha devenido en “combustible” que nos impulsa a marchar a buen ritmo.
Considerando que el Proyecto ya venía trabajando con herramientas de la virtualidad y ha mantenido desde el comienzo fluidez en la comunicación con las comunidades que acompaña, así como un significativo nivel de registro y sistematización de experiencias; el confinamiento no ha sido una barrera para el desarrollo de lo planeado y, por el contrario, ha posibilitado el fortalecimiento de la respuesta creativa por parte del equipo como estrategia de continuidad. Si bien, aparentemente este Proyecto consideraba las visitas a territorio y el trabajo comunitario in situ, las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la informática y las comunicaciones, han generado nuevas dinámicas de interacción e incluso, espacios que hace unos meses eran inimaginables.
Luego de más de cuatro meses trabajando desde casa a través de la internet, el inventario muestra un “depósito” de experiencias que validan la pertinencia del Proyecto y sus alcances en términos de fortalecimiento eclesial, especialmente en el área diaconal:
1. Contamos con dos iniciativas de acción diaconal en territorio avanzando en sus objetivos, sin que las distancias o dificultad para el encuentro físico determinen cambios en lo esperado: Yopal (capital del departamento de Casanare, en la región de la Orinoquia) y Tunja (capital del departamento de Boyacá, en la Región Andina). La primera, da respuesta a situaciones asociadas al incremento de la violencia contra mujeres, niños y niñas; la segunda, está direccionada a ejercicios de recuperación de memoria histórica y colectiva, así como intercambio de experiencias de vida entre jóvenes y adultos mayores, en pro de su preservación y de la revalidación del aporte social de estos grupos etarios. El Proyecto de Acción Diaconal impulsa, acompaña, facilita el trabajo de ambas iniciativas a través de capacitaciones y encuentros online, seguimiento telefónico e intercambio de correos.
2. Asumimos el compromiso de aportar capacidad profesional y herramientas técnicas a la IELCO, con la participación de los miembros del equipo en diferentes espacios, especialmente en aquellos comités que van a la delantera en la respuesta ante el COVID-19. Se continúa desarrollando acciones para trazar planes de incidencia para la iglesia, consolidación de procesos de gestión de recursos, aportar conocimiento y experiencia en la formulación de proyectos e iniciativas de formación, entre otras dinámicas solidarias y apoyo institucional.
3. Se mantienen los procesos de construcción participativa del Plan Misional, sus ajustes pertinentes considerando el contexto actual y el direccionamiento de acciones de socialización apoyadas en las herramientas tecnológicas y de las comunicaciones con que contamos, así como la exploración de vías alternativas a los encuentros presenciales en lugares comunes.
4. Las capacidades instaladas del proyecto, van favoreciendo el impulso creativo de escenarios externos a la iglesia, orientados por principios de diaconía en contexto y atención humanitaria: colegios, entidades del orden gubernamental, colectivos, han acudido a profesionales del proyecto para la atención de situaciones puntuales que demandan asesoría profesional y experiencia en la acción diaconal. A la par, se han abierto espacios para el diálogo en el ágora académica, en los que se comparten percepciones, fundamentos conceptuales, reflexiones sobre la práctica y orientaciones para la acción.
Así, en los escenarios de la virtualidad, el panorama de trabajo para el Proyecto de Acción Diaconal Luterana, ha ido tomando nuevos matices, teniendo en consideración que, no sólo se busca el cumplimiento de los objetivos del proyecto y el desarrollo de las actividades planeadas, sino a la vez, posicionar un área de la Diaconía luterana entre las fuerzas de impacto con que cuenta la IELCO en el contexto colombiano. Es decir, no se agotan las iniciativas del proyecto en su propio marco lógico, sino, como es de esperarse cuando se cuenta con proactividad y motivación creativa, se van sentando bases para la instalación de programas de largo alcance en una iglesia que se rediseña sin perder su identidad, a partir de los desafíos que conlleva su misión en el mundo.
Si algo, además de lo mencionado y cuanto resulta evidente, se ha ganado en estos meses y queremos potenciarlo, es la creatividad en el servicio, acompañada de la respuesta simultánea ante las demandas de las realidades emergentes, con distancia física, pero mayor presencialidad y cercanía con las comunidades que se nutren de la esperanza.
En las crisis encontramos motivaciones para rediseñarnos y transformar la sociedad con nuestro creativo actuar diaconal.
Por: Rev. Nelson Celis, Coordinador
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