
En marzo de 2020, cuando comenzó el confinamiento obligatorio en Colombia, por causa del COVID-19 y los gobiernos nacional y locales se vieron enfrentados a la necesidad de establecer normas para las interacciones que deberíamos como colombianos asumir desde entonces en aras de prevenir el contagio del Coronavirus y reducir los efectos que, en todas las áreas de la vida, tendría esta pandemia, la Iglesia Evangélica Luterana, asumió una posición responsable y proactiva frente al manejo de la situación emergente y el Proyecto de Acción Diaconal Luterana para la construcción de justicia y paz en Colombia, en pos del cumplimiento de sus objetivos, fue aún más allá.
Ciertamente no ha habido un manual que describa en detalle el cómo ir adelante en escenarios como el actual; sin embargo, hemos ido descubriendo en el camino las oportunidades de afrontar los efectos de la pandemia y restricciones vinculadas, sin disminuir los esfuerzos por cerrar el tercer año del proyecto con un buen nivel de cumplimiento y, además, la disposición por aportar a la IELCO nuestra capacidad de respuesta y creatividad ante las crisis. Esto es, una situación que ha reducido el potencial de acción para muchas organizaciones, para nosotros ha devenido en “combustible” que nos impulsa a marchar a buen ritmo.
Considerando que el Proyecto ya venía trabajando con herramientas de la virtualidad y ha mantenido desde el comienzo fluidez en la comunicación con las comunidades que acompaña, así como un significativo nivel de registro y sistematización de experiencias; el confinamiento no ha sido una barrera para el desarrollo de lo planeado y, por el contrario, ha posibilitado el fortalecimiento de la respuesta creativa por parte del equipo como estrategia de continuidad. Si bien, aparentemente este Proyecto consideraba las visitas a territorio y el trabajo comunitario in situ, las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la informática y las comunicaciones, han generado nuevas dinámicas de interacción e incluso, espacios que hace unos meses eran inimaginables.
Luego de más de cuatro meses trabajando desde casa a través de la internet, el inventario muestra un “depósito” de experiencias que validan la pertinencia del Proyecto y sus alcances en términos de fortalecimiento eclesial, especialmente en el área diaconal:
1. Contamos con dos iniciativas de acción diaconal en territorio avanzando en sus objetivos, sin que las distancias o dificultad para el encuentro físico determinen cambios en lo esperado: Yopal (capital del departamento de Casanare, en la región de la Orinoquia) y Tunja (capital del departamento de Boyacá, en la Región Andina). La primera, da respuesta a situaciones asociadas al incremento de la violencia contra mujeres, niños y niñas; la segunda, está direccionada a ejercicios de recuperación de memoria histórica y colectiva, así como intercambio de experiencias de vida entre jóvenes y adultos mayores, en pro de su preservación y de la revalidación del aporte social de estos grupos etarios. El Proyecto de Acción Diaconal impulsa, acompaña, facilita el trabajo de ambas iniciativas a través de capacitaciones y encuentros online, seguimiento telefónico e intercambio de correos.
2. Asumimos el compromiso de aportar capacidad profesional y herramientas técnicas a la IELCO, con la participación de los miembros del equipo en diferentes espacios, especialmente en aquellos comités que van a la delantera en la respuesta ante el COVID-19. Se continúa desarrollando acciones para trazar planes de incidencia para la iglesia, consolidación de procesos de gestión de recursos, aportar conocimiento y experiencia en la formulación de proyectos e iniciativas de formación, entre otras dinámicas solidarias y apoyo institucional.
3. Se mantienen los procesos de construcción participativa del Plan Misional, sus ajustes pertinentes considerando el contexto actual y el direccionamiento de acciones de socialización apoyadas en las herramientas tecnológicas y de las comunicaciones con que contamos, así como la exploración de vías alternativas a los encuentros presenciales en lugares comunes.
4. Las capacidades instaladas del proyecto, van favoreciendo el impulso creativo de escenarios externos a la iglesia, orientados por principios de diaconía en contexto y atención humanitaria: colegios, entidades del orden gubernamental, colectivos, han acudido a profesionales del proyecto para la atención de situaciones puntuales que demandan asesoría profesional y experiencia en la acción diaconal. A la par, se han abierto espacios para el diálogo en el ágora académica, en los que se comparten percepciones, fundamentos conceptuales, reflexiones sobre la práctica y orientaciones para la acción.
Así, en los escenarios de la virtualidad, el panorama de trabajo para el Proyecto de Acción Diaconal Luterana, ha ido tomando nuevos matices, teniendo en consideración que, no sólo se busca el cumplimiento de los objetivos del proyecto y el desarrollo de las actividades planeadas, sino a la vez, posicionar un área de la Diaconía luterana entre las fuerzas de impacto con que cuenta la IELCO en el contexto colombiano. Es decir, no se agotan las iniciativas del proyecto en su propio marco lógico, sino, como es de esperarse cuando se cuenta con proactividad y motivación creativa, se van sentando bases para la instalación de programas de largo alcance en una iglesia que se rediseña sin perder su identidad, a partir de los desafíos que conlleva su misión en el mundo.
Si algo, además de lo mencionado y cuanto resulta evidente, se ha ganado en estos meses y queremos potenciarlo, es la creatividad en el servicio, acompañada de la respuesta simultánea ante las demandas de las realidades emergentes, con distancia física, pero mayor presencialidad y cercanía con las comunidades que se nutren de la esperanza.
En las crisis encontramos motivaciones para rediseñarnos y transformar la sociedad con nuestro creativo actuar diaconal.
Por: Rev. Nelson Celis, Coordinador