
Inicialmente, el Papa Franciso pensaba limitar su viaje a Suecia a solo un día, para que nada hiciese sombra a la plegaria y el encuentro ecuménico del lunes: la conmemoración conjunta del 500 aniversario de la Reforma, que se prolongará a lo largo de un año hasta el 31 de octubre de 2017.
Ante la insistencia de los católicos, Francisco aceptó celebrar para ellos la misa de Todos los Santos en Malmö, y el resultado es que la eucaristía católica con quince mil fieles en el estadio de fútbol de Malmö se ha vuelto también un acto ecuménico por la presencia de los líderes de la Federación Luterana Mundial, de varias Iglesias ortodoxas y evangélicas y de otras confesiones religiosas.
El Papa estaba contento de celebrar con todos «la fiesta de la santidad», pues la conmemoración de Todos los Santos recuerda que «la llamada a la santidad es para todos» y que todos «nos necesitamos unos a otros para hacernos santos».
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