
El papa Francisco visita Ginebra para participar en el aniversario 70 del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), esto con el ánimo de reforzar el ecumenismo y hablar de la contribución de las religiones a la paz y a la ayuda a los refugiados. Este “peregrinaje ecuménico”, será el viaje internacional número 23 del papa argentino y tiene como lema: “caminar, rezar y trabajar juntos”, esfuerzo al que se ha dedicado el obispo de Roma, desde el inicio de su ministerio.
Si bien la Iglesia católica romana no forma parte del CMI, ente que engloba a 349 Iglesias protestantes, luteranas, anglicanas y ortodoxas de más de 110 países, sí participa en numerosas comisiones de trabajo, como explicó a los medios el representante del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, Andrzej Choromanski.
Este viaje del romano pontífice, tiene como precedente el realizado en 2016 a Lund (Suecia), con ocasión de la conmemoración de los 500 años de la Reforma Luterana. En esta ocasión, Francisco en Ginebra hace énfasis en la contribución de los cristianos a la paz y el apoyo de las Iglesias a los refugiados. De hecho, entre las 348 Iglesias miembros del CMI, la mayor parte son de África o Asia de donde proceden muchas de las personas que huyen hacia Europa.
En la sede del CMI, Francisco es recibido por el secretario general del Consejo de las Iglesias, el luterano noruego Olav Fykse Tveit, y la moderadora y teóloga anglicana de Kenya, Agnes Aubom, y pronunciando su primera alocución; tras lo cual se dirige al instituto ecuménico de Bossey, a 25 kilómetros de Ginebra, para reunirse con un grupo de estudiantes. La celebración de la tarde consistió en un encuentro ecuménico en la sede del CMI motivado con el discurso principal del papa. Otro de los temas centrales de la visita del papa es la promoción de la justicia y de la paz, que forman parte de la constitución del CMI.